¿Qué se hace con un refrigerador que no sirve?
¡Pues arreglarlo! Pero si de plano ya está inservible, lo correcto es desecharlo responsablemente para que no contamine el medio ambiente.
Pareciera que cerramos los ojos por la noche y al abrirlos al día siguiente el mundo sigue siendo el mismo. Pero no. Y si no cuidamos del ambiente hoy en un par de mañanas nos encontraremos con un gran hoyo en la capa de ozono.
Ya sé qué estás pensando. Córtale al rollo ambientalista. Lo cierto es que acciones tan simples como deshacernos correctamente de la basura que puede ser contaminante es una gran contribución.
Muchos refrigeradores y aires acondicionados contienen mercurio, PCB, CFC-11 y CFC-12 que dañan la capa de ozono, elementos y gases que son los más peligrosos del efecto invernadero.
Quizá el gas que contiene un solo refrigerador no sea tan dañino, pero considerando la cantidad de electrodomésticos que se desechan al año, el riesgo ambiental es severo:
El R12 tiene un estado de vida de mil años en la atmósfera. 40 toneladas de gas R22 equivalen a la emisión de 1 millón 250 mil toneladas de CO2.
Así que ya sabes, si tu refrigerador ya no tiene reparación y decides venderlo a un taller, asegúrate de que tengan máquinas para recuperar este gas, pues muchos compradores de chatarra simplemente lo liberan al medio ambiente.
Si no es en un taller, también hay centros de acopio y reciclaje de refrigeradores que tienen la finalidad de evitar la contaminación en México; hay en varios Estados y una simple googleada te arrojará el que te quede más cerca.
Otra opción que tienes es acudir a alguna convocatoria del «Reciclatrón», una iniciativa del Gobierno mexicano para que te deshagas de aparatos eléctricos potencialmente contaminantes. Tiene varias jornadas al año.
Y ya que vas a adquirir un nuevo refrigerador (y lo mismo aplica para aires acondicionados) verifica que el gas que utilice sea el R134, pues no contiene cloro por lo que es más amistoso con el ambiente.