‘Taste the waste’, refrigeradores públicos al servicio de la comunidad
Imagina que vas por la calle, agusto, saliendo de la escuela, el cine o el trabajo y se te antoja algo de comer. Casual, pasas a un centro anti-desperdicio de comida y te haces un sándwich gratis, preparado con alimentos que de no ser por eso habrían acabado en la basura.
¿Qué crees? Esto es una realidad en Alemania, donde la inquietud sobre la comida desperdiciada ha crecido en los últimos años y ha provocado diversas acciones para evitarla. Una de ellas consiste en la apertura de alrededor de 100 sitios en los que los ciudadanos van a donar alimentos (obvio, aún en buenas condiciones) para que no se desperdicien y puedan ser consumidos por alguien más.
Aproximadamente la mitad de estos establecimientos cuentan con refrigeradores colectivos, en los que hay sobras de fiestas privadas y restaurantes, y están abiertos a la población general. Los establecimientos que no tienen refrigerador, al menos tienen anaqueles en donde colocar la comida.
Esta iniciativa surgió a través del encuentro de varios internautas mediante el portal web Foodsharing, inspirado en el documental “Taste the Waste” que sirvió como punta de lanza para este interesante proyecto. El propósito es evitar el desperdicio de toneladas de alimentos. La única regla para donar es que la comida no esté caduca y se compartan alimentos que las personas desearían comer.
En el portal oficial del filme ‘Taste the waste’, de Valentin Thurn, se destacan datos que parecen increíbles:
• En los hogares europeos cada año se tiran a la basura alimentos por valor de 100 mil millones de euros, cantidad que equivale al volumen de negocios anuales de Nestlé, la compañía alimenticia más grande del mundo. • En el camino de la granja a las mesas del comedor más de la mitad de los alimentos terminan en la basura. • La comida que se desperdicia en Europa sería suficiente para alimentar a todas las personas que padecen hambre en el mundo, dos veces. • La agricultura es responsable de más de un tercio de los gases del efecto invernadero en todo el mundo, pues requiere de energía, fertilizantes y tierra. • Cada vez que se pudren alimentos en un vertedero, el metano que escapa a la atmósfera tiene un impacto ambiental 25 veces más potente que el dióxido de carbono.
Cabría pensar si este tipo de acciones podrían funcionar en México, ¿tú que piensas de los refrigeradores públicos y el desperdicio de comida? Quizá sea hora de arreglar ese refrigerador viejo que no usas y hacer algo útil con él. Mira el trailer del documental «Taste the waste».
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Etiquetas:refrigeradores colectivos